Friday, March 20, 2009

La tierra

Cansado, se había quedado dormido bajo un bututú escuchando el cantar de un cintigo. Su último pensamiento conciente antes de cerrar los ojos fue que era hermoso el paraíso.

Rompió el silencio un enorme estallido que le despertó sobresaltado. No podía identificar el sonido porque no era ni el rugido del otiche, ni de las chimoyas, y menos aún el de las jinafias. Abrió los ojos y espantado vio que el críspulo había perdido los colores del bido y la verma y era oscuro con vetas sangrientas.

A su alrededor no había nada que le recordara al paraíso. Arrepentido de su última creación, se alejó, abandonándolos a su suerte…

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