Los Martes me Confieso

Todos los martes me confieso ante ellas. En casa de Isabel, la de los aromas a campo, la del sabor a quenepa y a papaya dulce. Allí desnudo mi alma y me conozco mejor pues tengo como maestra a la Poeta del Amor. Poco a poco quemo los miedos que borro en un dedal. A todas nos llevó al circo, y me disfracé de Rinalda, la del cuerpo de goma. La que tiene al enano que en las noches de verano en silencio la mira en el espejo, para que no se pierda buscando su yo. Los martes confieso locuras, que voy descubriendo como mar abierto y mar adentro. Quiero nadar desnuda toda pintada de azul para contonear mi cuerpo como aleta de alta mar que perdió su nombre y no sabe quien es. Solo eso aleta y espuma.