Una mano abrió el armario y escogió una caja de zapatos. Puso la caja sobre una butaca y entreabrió la tapa. Un fulgor salió por la rendija. Eran los colores de un par de sandalias que habitaba dentro del cartón. Al poco rato una mujer acarició las sandalias y mientras deslizaba su pie hacia la primera sandalia se oía el” clíck” de una cámara y un ojo inquisidor miraba a través del lente para perpetuar el primer instante del encuentro entre la sandalia y ella; simultáneamente ella pronunciaba el nombre del hombre a la vez que el flash cortaba sus palabras. Admiró las sandalias que aún conservaban el olor a piel y se puso las dos. En silencio se empinó sobre ellas mirando hacia el espejo para que él se aproximara con sus pies desnudos y su cuerpo velludo sobre el cuerpo de ella. Las sandalias observaron todos los detalles y cuando regresaron al armario llamaron a sus amigas para contarles como era el pie que las calzó, la fortaleza de las piernas y la pisada. Las sandalias hablaron de la voz que oyeron que decía “Ven. Deja eso. Tócame.” Al día siguiente la mano sacó otra caja de zapatos…
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me encanto la linea erótica, adelante bloguera!
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