Tarde o temprano, para fines de año,
la tristeza me alcanza. Sin querer, casi en forma inconsciente, comienzo a pasar balance de mi año y
encuentro que nada ha cambiado. Bueno
sí, soy un año más vieja, pero no necesariamente más sabia, excepto que el
nuevo año que pronto comienza lo hace, esta vez, con menos expectativas de mi
parte.
No espero cambios radicales que
traigan novedad a mi vida. Si seguiré escribiendo aunque reconozco que he
perdido el entusiasmo al hacerlo. Sé que los períodos depresivos son menores y
que estoy compartiendo más, así que no es del todo negativo el que no
escriba. Pero aun así, quiero hacer tiempo para ello en este nuevo
año. Quiero tener la trayectoria de mi
vida en palabras, quiero encontrar a través de ellas aquello que no sé qué es
pero que busco, esa pieza que me hace falta para poder sentir las alegrías.